La amenaza de Ómicron puede frenarse con una dosis adicional de la vacuna.

Si bien los inoculantes disponibles puede ser menos poderosos contra la nueva variante, la protección puede fortalecerse con dosis de refuerzo

Los primeros estudios sobre Ómicron ya están disponibles y la visión que brindan es cautelosamente optimista. Si bien la vacuna de Pfizer Inc. y BioNTech pueden ser menos poderosas contra la nueva variante, la protección se puede fortalecer con refuerzos.
Investigaciones de Sudáfrica, Suecia y Alemania muestran que Ómicron, como se temía, causa una pérdida de protección inmunológica, pero no por completo. En un estudio sudafricano de plasma sanguíneo de personas que recibieron dos dosis de la inyección Pfizer-BioNTech, hubo una caída de 41 veces en los niveles de anticuerpos bloqueadores de virus en comparación con la cepa que circulaba al comienzo de la pandemia.
Investigadores alemanes respaldaron los resultados de Sudáfrica, encontrando una caída de hasta 37 veces en los anticuerpos contra el Ómicron frente a la variante Delta, dijo la viróloga Sandra Ciesek en los resultados del estudio publicados el miércoles temprano en la red social Twitter. Un estudio separado del Instituto Karolinska de Estocolmo fue más optimista, y encontró que la disminución de anticuerpos contra Ómicron fue solo un poco peor que para Delta, la cepa que actualmente causa la mayoría de los casos de COVID-19 en todo el mundo.
Los resultados ofrecen una visión temprana, aún incompleta, de cuán potencialmente dañina podría ser la propagación de Ómicron. Los estudios son pequeños, por lo que sus hallazgos no son concluyentes.
Además, los datos no son la historia completa, porque los niveles de anticuerpos son solo una parte de la respuesta del sistema inmunológico contra el virus. Las llamadas células T “asesinas” también desempeñan un papel importante en la protección contra enfermedades graves y eso es más difícil de medir en un laboratorio.
Los investigadores vislumbran razones para estar esperanzados. La pérdida de protección inmunológica es “sólida, pero no completa”, dijo Alex Sigal , jefe de investigación del Instituto de Investigación de Salud de África en Durban, quien presentó los hallazgos del primer estudio el martes por la noche. “Un buen refuerzo probablemente reduciría la posibilidad de infección, especialmente una infección que conduce a una enfermedad más grave”, dijo.
El estudio alemán realizado por el equipo de Ciesek en el Instituto de Virología Médica de la Clínica Universitaria de Frankfurt, no encontró anticuerpos neutralizantes para la variante Ómicron en algunas muestras tomadas seis meses después de la doble vacunación. Los resultados no han sido revisados por pares. Sin embargo, “los datos muestran que se necesitarán refuerzos”, dijo Christian Drosten, director de virología en Charite, el hospital universitario de Berlín, en Twitter.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que Ómicron podría provocar aumentos repentinos de “consecuencias severas” debido a que hace que el virus sea más transmisible. Aún así, el aumento en los casos en Sudáfrica después de la aparición de Ómicron no ha abrumado a los hospitales hasta ahora, lo que ha provocado cierto optimismo cauteloso de que la nueva cepa puede causar una enfermedad mayoritariamente leve.
Los gobiernos y los mercados financieros están tratando de evaluar si la nueva variante tendrá un impacto significativo en el intento mundial de superar la pandemia. La rápida propagación de Ómicron preocupa porque si la nueva variante puede evadir la inmunidad van a requerirse nuevas fórmulas de vacunas. Cientos de investigadores han estado trabajando día y noche para responder a la pregunta.
“Los datos de Karolinska (el estudio hecho en Estocolmo) son motivo de optimismo, están bastante cerca del mejor escenario posible”, dijo Shane Crotty , profesor del Centro de Investigación de Vacunas y Enfermedades Infecciosas del Instituto de Inmunología La Jolla de San Diego.
Los niveles de anticuerpos neutralizantes son un marcador clave de protección inmunológica. Aunque naturalmente disminuyen en los meses posteriores a una infección o vacuna, se ha demostrado que la capacidad del cuerpo para entrar en acción para producir anticuerpos más efectivos, si es necesario, mejora con el tiempo.
Además, los estudios han encontrado que una tercera dosis unos seis meses después de la segunda puede reforzar los niveles de estos anticuerpos de mejor calidad, lo que convierte a los potenciadores en un arma importante para combatir el Ómicron.